"Ojalá, cuando esto pase, todo el mundo continúe practicando deporte"

"Muchos no han salido a correr en su vida". "En unos días nos quedamos los de siempre".
De forma casual, pero reiterada, he escuchado frases iguales y parecidas durante los últimos días. Las he escuchado y, como aficionada al deporte desde la infancia, he superado la tentación de engrosar las filas de quienes así hablan. 
He de reconocer que siempre tuve una lacerante tendencia a distanciarme de las mayorías y que, en el fondo, comprendo la reconfortante sensación de sentirte parte de un grupo, sobre todo, como en este caso, si se trata del bando ganador. Los "pro" del running y del ciclismo frente a los "frikis" del chandal; esos que estos días sacan del fondo del armario las zapatillas trasnochadas. Así funciona la mente humana: necesita clasificar, organizar y colocarse en lo más alto de la pirámide para sentirse segura. Pero pensemos ahora, sin embargo, que los corredores en el punto de salida fueran otros: la "élite" del running o del ciclismo frente a los "pro" ¿No sentiría la élite el mismo rechazo? ¿Verían en el resto una amenaza? ¿Tal vez un puñado de frágiles imitaciones que tratan de hacerles sombra? La respuesta es: NO. Un NO en mayúsculas. No me imagino a Induráin o a Martín Fiz -por citar nombres reconocidos por todos- sacudiéndose aficionados como si fueran motas de polvo en su chaqueta. El planteamiento, a mi modo de entender, debe ser otro: ¿no es magnífico que de la pandemia surja algo tan bueno como que la gente incorpore el deporte a su estilo de vida? Personalmente, cada día me siento más identificada con formas de pensar que generen energía y sinergías positivas. Recuerdo que en 'Semiótica', en la facultad, nos enseñaban la importancia de la construcción del mensaje y cómo esta influía en las connotaciones que transmitía. Sin duda, no es lo mismo lanzar el mensaje "Muchos no han salido a correr en su vida" a decir "Cuánta gente sale a correr ahora", y no es lo mismo afirmar "En unos días nos quedamos los de siempre" a decir "Ojalá, cuando esto pase, todo el mundo continúe practicando deporte". Prefiero las segundas opciones. Prefiero una sociedad en la que prendan los hábitos de vida saludables porque desde la salud física se construye también la mental, y desde esta y el equilibrio que reporta, se favorecen relaciones interpersonales más saludables. 
La práctica deportiva es, a mi modo de ver, una de las pocas consecuencias positivas del COVID19, por eso, como dije, me quedo con la segunda opción: "Ojalá, cuando esto pase, todo el mundo continúe practicando deporte".

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